Este ejemplar de Luna Córnea está dedicado al tema de los fantasmas y las apariciones, que a lo largo de la historia han sido documentados mediante la fotografía y otros medios. En el mundo de las nuevas tecnologías, de los grandes avances en el ámbito de la ciencia, la existencia de otros mundos paralelos cobra fuerza. Extraemos de un escrito de Sir Arthur Conan Doyle –inventor de Sherlock Holmes y guardián de las fotografías espíritas de William Crookes–, el siguiente fragmento:

"Existen por lo menos dos maneras de fotografiar fantasmas. Una de ellas se limita a registrar, en la placa fotográfica, la aparición del espectro en la sesión espírita (el 'muerto' se hace visible al salir de la cámara o gabinete oscuro). La otra, mucho más interesante desde al punto de vista estético y experimental moderno (para no mencionar la función mediúmnica del artista, resucitada por Brentos), es la que convoca, sin intermediación 'externa', sin otro médium que el artista ni más espectro que el surgido de la revelación fotográfica, al fotomédium y al fantasma en el misterio del cuarto oscuro."

El número ostenta en la portada una fotografía del mago Fumanchú, debida a Semo (Simone Flechine) y el contenido incluye textos de muy variada hechura y procedencia. Imágenes de Duane Michals, Dieter Appelt, René Magritte, Joan Fontcuberta y Josef Koudelka, por mencionar sólo algunos, alternan con fotos de radiografías tomadas para fines estrictamente científicos, así como con retratos tridimensionales, digitalizados.

Luna Córnea 10 incluye una nota sobre Armando Salas Portugal y sus fotografías del pensamiento, un texto de Gutierre Tibón intitulado "Una ventana al mundo visible", un artículo sobre el traslado del dios Tláloc y una crónica sobre el caso de un niño telequinético, en la ciudad de México de los años treinta, entre muchos otros artículos de interés.