Ricardo Valverde
Experimental Sights, 1971-1996

19.04.18 – 15.07.18




Ricardo Valverde fue uno de los artistas más experimentales en la ciudad de Los Ángeles entre la década de 1970 y mediados de los noventa. Si bien fue esencialmente fotógrafo, era un artista muy experimental y libre de prejuicios con respecto a la fotografía y a sus temas de interés. Esta exposición busca profundizar en su singularidad y contribuciones al pensamiento crítico y creativo de la fotografía. Debido a la naturaleza específica y muchas veces personal de sus temáticas: la familia y su esposa, Esperanza; el retrato y el autorretrato; la calle, el paisaje y el paisaje urbano; registros de su vecindario, tradiciones como el Día de Muertos y la cultura lowrider, entre otros, Valverde ha sido considerado principalmente como fotógrafo documental, aquel que contribuyó a configurar la identidad y visibilidad de la cultura chicana y su entidad social desde la década de 1970.

El hecho de que Valverde generara algunas de las imágenes más perdurables e influyentes relacionadas con su contexto social y cultural, es incuestionable. Lo que esta revalorización propone es que la naturaleza de su trabajo no estuvo suscrita a la fotografía documental, “sin sentido crítico”, simple y llana —un género conocido por objetivar y exotizar al otro o a cualquier cosa considerada como diferente. Y tampoco emprendió una aproximación modernista.

Lo que hizo de su obra única y contemporánea fue su mirada experimental, crítica y creativa. Una visión singular que buscaba formas de representar y crear visibilidad, así como interpretar de manera franca temas que fueran sumamente cargados, multifacéticos y complejos.

Valverde no sólo dirigió su atención a aquello que se había invisibilizado y distorsionado en la cultura chicana y su cuerpo social, sino también a temas difíciles, como los queer que explora en las fotos y videos de su hermana Maya. Fue irreverente con el medio fotográfico y en esto también fue precursor, en tanto que entendió realmente la fotografía y exploró sus límites y posibilidades: el ojo de la cámara, el irrestricto cuarto oscuro, la multiplicidad de los soportes y la superficie de la imagen. Asimismo fue más allá de ésta, y hacia el final de sus días la fotografía se volvió un lenguaje verdaderamente interdisciplinario, una superficie para ser rascada y pintada, y sus imágenes reinterpretadas.

Curadora
• Cecilia Fajardo-Hill

Hasta
15.07.18

Obras de la exposición


Montaje